miércoles, 5 de marzo de 2014

Memoria sensorial. El paladar sensible





Aunque a muchos les suene increíble, leyendo en diversos foros y grupos internacionales de la alimentación, me encuentro que el gusto o “paladar sensible” de los españoles, se está teniendo muy en cuenta y está bien valorado fuera.

Muchas empresas de alimentación o bebidas, a la hora de colocar o no un nuevo producto en el mercado nacional, hacen primeramente diversas encuestas y testeos para ver si encaja o no en el gusto español. Algunas recurren a los servicios de profesionales que, como en mi caso, nos dedicamos al asesoramiento, investigación, estudio y testeo de estos productos.

La memoria sensorial del consumidor español está mejorando. Basados por un lado en la famosa dieta mediterránea que utiliza productos de calidad; si a esto le sumamos la tendencia en aumento de la población hacia la alimentación sana, orgánica, bio, eco y demás epítetos danzantes en estos tiempos; el resultado es esto del “paladar sensible”.

Sé que no es bueno generalizar, ya que hay muchos factores que determinan esto del “paladar sensible” Gustos y costumbres por regiones, productos y recetas locales, la influencia de la cultura musulmana y oriental en la península con respecto al uso de especias, la variedad gastronómica, la innovación y fusión en la nueva cocina y un largo etcétera. Pero fundamentalmente creo que la memoria sensorial juega un papel fundamental en el gusto del consumidor español.

“No hay como las croquetas de mi madre” ¿Escuchó o dijo eso? “Las tortillas de patata de mi abuela no tienen competencia” esto de la memoria sensorial también tiene su lado negativo “Si el café con leche es muy claro, no es buen café” en referencia al intomable torrefacto, o “Bebido con buenos amigos sabe bien cualquier vino”. Aunque por suerte, la tendencia está cambiando hacia un refinamiento del gusto.

Últimamente también diversas tribus urbanas; foodies, bon vivants, sibaritas, gourmets, gourmands, gastrónomos o gastrósofos están a la expectativa de cualquier novedad relacionada con la alimentación que los lleve a nuevas experiencias. Por supuesto que no todos se atreverán a probarlo todo, siempre dependerá por un lado su memoria sensorial y por el otro si su bolsillo se lo permite.

Como resultado interesante de esto, son las innumerables tiendas y restaurantes especializados, que quizá en ciudades como Barcelona, Madrid o Valencia están proliferando como setas y enfocados a un cliente muy definido y fiel a sus productos, más conciente de su salud y muy interesado por las propiedades de los mismos.

Pero claro, como no todos pueden permitirse cocinar o comer comida sana, debido a la forma de vida acelerada que llevamos, a la falta de tiempo y a los costes elevados de esta alimentación “bio”; las empresas del “ponlo en el microondas y listo” están haciendo todo lo posible para atraer a estos clientes, que en definitiva son su mercado. Por suerte ya no les resulta fácil esto de “Meter gato por liebre” barato sin conservantes ni colorantes añadidos. Como tampoco a los fast food ni a las cadenas de supermercados. Sirva como ejemplo una cadena de supermercados valenciano, que viendo decrecer sus ventas en productos frescos, han recurrido al mensaje por altavoz “A partir de tal fecha, frutas y verduras con más sabor y aroma”. Están reaccionando a este paladar sensible, que por más que el tomate es de un rojo muy bonito, si no sabe ni huele a tomate no lo venden.


Por todo esto digo ¡Viva el paladar sensible! Y por si quieres saber y descubrir más sobre estos temas, te apuntas a una de mis catas o degustaciones y trataremos juntos de sorprender y mimar nuestros sentidos.