martes, 14 de enero de 2014

¿Qué sabemos de vino?


No dejan de aparecer estadísticas sobre el descenso del consumo de vino en España.

Si hiciera una encuesta entre los consumidores y no consumidores de vino preguntando ¿Cuántas variedades de uvas conoces? Seguramente la respuesta no será ni la cuarta parte de las producidas en España. Si preguntara además ¿Cuál es la diferencia entre Champagne, Cava y espumoso? O ¿Qué uvas son las usadas para preparar un cava? ¿Sabrán la respuesta?

No hablo de los que de una u otra manera está implicado en el mundo del vino. Sencillamente del público y del desconocimiento que existe en este.

Me pregunto, ¿Es muy costoso una campaña a nivel nacional donde todas las regiones se impliquen en llegar al consumidor llano? Está bien que cada región tire para su tierra, pero creo también que debería ser una prioridad para todos aunar fuerzas y así incrementar el consumo del vino en España.

Ya que importamos modas y gustos por algunas variedades y mezclas deberíamos ver además, que en otros países, la referencia para el consumo no está tanto en la zona de producción sino en la variedad o método de elaboración. Un ejemplo claro en Argentina, donde se declaró hace muy poco al vino como bebida nacional, el consumidor busca una variedad u otra de vino sin importar tanto la zona o denominación de origen. Raro es que un consumidor y no necesariamente un entendido en vinos, desconozca a que sabe un Malbec, un Pinot Noir o un Chablis.

Creo por lo tanto que se debería apostar por los monovarietales antes que las modas de coupages ensamblajes o vinos de autor. Dar a conocer y educar el paladar del consumidor debería ser una prioridad para los productores. No podremos apreciar que le aporta a un vino tres o más variedades de uva sin tener una referencia anterior en nuestros sentidos de como sabe el vino de cada una de esas uvas por separado.

Hoy en día los productores y bodegueros prefieren apostar por la exportación y no por el mercado local. Es lógico hasta un cierto punto viendo el panorama nacional, pero las bodegas pequeñas y familiares, no pueden permitirse esto. El coste y los recortes en ayudas por parte del gobierno y organismos competentes se lo ponen bastante difícil.

Pienso que es más factible para incrementar el consumo del vino una campaña de promoción con algo de sentido común, dejando un poco de lado los tecnicismos, las ferias y catas para entendidos y la fatídica etiqueta elitísta que se le colocó al mundo del vino desde hace un tiempo.

Vuelvo al ejemplo de siempre: Mi vecina Lola no sabe a qué sabe un Godello, un Syrah, un Albariño o un Pinot Noir, y si alguno de estos vinos combinará bien con sus estupendos guisos. ¿Alguien la podrá ayudar?